El fin de semana pasado conocí (musicalmente) a un verdadero dios de la música: Jason Becker. En una noche bajo las estrellas, a un lado de la fogata lo conocí. Jason Becker nació en 1969 y a los 18 años ya era todo un virtuoso de la guitarra y tenía un grupo de speed metal Cacophony (junto con Martin Friedman). Pero a los 20 años le diagnostican Esclerosis. Pero él no deja de tocar. Poco a poco pierde la fuerza en las manos, y cuando ya no puede tocar guitarra, empieza a tocar piano. Poco a poco perdió toda la movilidad. Actualmente está en una silla de ruedas y sólo puede mover los ojos. Pero sigue componiendo. Es impresionante y todo un ejemplo de superación y de seguir haciendo lo que te apasiona pese a las circunstancias.
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Y van a sacar una película documental:
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